Yo soy un vaso de barro,
en las manos de mi Dios,
el puede hacer lo que quiera,
hacer lo que quiera,
y que diré yo;
Yo siempre le reclamaba,
el porque de mi sufrimiento,
pero leyendo la biblia,
un dia en mi mente,
el me respondió;
Por qué te lamentas hijo mio,
siervo mio, por que te lamentas,
si fui yo quien te lo impuso,
porque quiero,
que seas prosperado;
Acaso no soy el alfarero,
que hago y deshago,
lo que no me gusta;
lamentate pues hijo mio
en tu pecado y sigue adelante.
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