es pesada y tenebrosa,
Pero sé que al final de la jornada de Cristo,
gozaré mansión hermosa;
Las espinas quieren detenerme,
y las puertas a veces me ahogan,
Pero en Cristo mantengo mi mirada,
que fue el único que llevó esta cruz pesada;
Coro
Hermano, no te turben los problemas,
Sigue a Cristo, pues Él no te condena,
Él se olvida de las faltas confesadas,
Gózate en la victoria anhelada;
Las lágrimas que brotan de mis ojos,
un sol cual mis mejillas van dejando,
El dolor es amargo y pesaroso,
pero siento que Jesús está a mi lado consolando;
No importa lo que el mundo pueda hacerme,
ni las calumnias e injurias que se digan,
Porque yo vivo feliz con mi Cristo,
Porque yo vivo feliz con mi Cristo,
Él fue el único que por mí dio su vida.
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