Jamás me había puesto a pensar,
En lo grande y en la inmensidad,
De tu amor verdadero,
Que llevó toda la iniquidad,
Y pagó la culpabilidad,
De todo el mundo entero,
Por nosotros dejó el cielo azul,
Vino al mundo para darnos luz,
Para darnos la vida;
Y de pronto empecé a recordar,
Vi de espinas su frente rodear,
Vi sus manos y pies traspasar aquellos clavos,
Vi su rostro de amor y bondad,
Su costado y su espalda sangrar,
No aguanté y me puse a llorar,
Recordé
Que la Biblia dice que a los suyos vino y no le recibieron,
Que le despreciaron y le condenaron en aquel madero,
Que hasta fue molido y azotes le dieron;
Recordé
Que fue abofeteado, herido y maltratado y le escupían la cara,
Y que por amor el peso de la cruz llevó sobre su espalda,
Y allí le clavaron y aún así decía: 'Perdónales, Señor'
Por nosotros dejó el cielo azul,
Vino al mundo para darnos luz,
Para darnos la vida,
Y de pronto empecé a recordar,
Vi de espinas su frente rodear,
Vi sus manos y pies traspasar aquellos clavos,
Vi su rostro de amor y bondad,
Su costado y su espalda sangrar,
No aguanté y me puse a llorar,
Recordé
Que la Biblia dice que a los suyos vino y no le recibieron,
Que le despreciaron y le condenaron en aquel madero,
Que hasta fue molido y azotes le dieron;
Recordé
Que fue abofeteado, herido y maltratado y le escupían la cara,
Y que por amor el peso de la cruz llevó sobre su espalda,
Y allí le clavaron y aún así decía: 'Perdónales, Señor'
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